¿Qué son las hemorroides?
Las hemorroides o almorranas son un almohadillado compuesto de vasos sanguíneos y fibras elásticas, que situado en la parte interna del ano ayuda a mantenerlo cerrado. Cuando este tejido desciende fuera del ano o se inflama, se producen las hemorroides. Es un problema tan frecuenta que más de la mitad de la población padecerá algún síntoma a lo largo de su vida.
¿Cuáles son sus factores predisponentes?
Puede haber cierta predisposición hereditaria, y las puede favorecer la postura erguida durante largos períodos de tiempo. Pero el estreñimiento, y también el embarazo y el parto, son circunstancias claramente relacionadas con ellas ya que las congestionan y dilatan, ayudando a su exteriorización.
¿Qué síntomas producen?
Existen dos tipos de hemorroides: externas e internas. Mucha gente padece de ambas.
Las hemorroides externas se desarrollan bajo la piel; sus síntomas derivan de una trombosis de las venas que las componen, habitualmente tras un esfuerzo importante para evacuar o una diarrea, lo que produce intenso dolor.
Las hemorroides internas están dentro del recto. En los iniciales, el único síntoma es la hemorragia de sangre roja viva al limpiarse, o que se gotea o sale como un chorro al acabar de defecar. Progresivamente, además de este síntoma, al que se puede asociar también picor o escozor, las hemorroides salen del ano mientras se defeca (prolapso), pero vuelven hacia dentro posteriormente gracias a su elasticidad. Cuando ésta se pierde, las hemorroides no vuelven al sitio espontáneamente, sino que hay que ayudarlas, lo que supone un grado más avanzado. Finalmente, en algunos casos las hemorroides están permanentemente fuera del ano. El dolor sólo aparece ante complicaciones, como la trombosis o asociación a otros problemas como fisura anal.
¿Cómo tratar las hemorroides?
- Si los síntomas son leves, indicaremos al aumento en fibra de la dieta (legumbres, cereales, frutos secos, frutas y verduras), asociado a incremento en la toma de líquidos, para obtener una deposición blanda. Hay que evitar bebidas con cafeína, alcohol y picantes. Pasar largos ratos en el aseo (ejm: leyendo), favorece también su congestión y debe evitarse.
- También son beneficiosos los baños de asiento de agua templada, y las cremas o pomadas, aunque no deben ser empleadas más que durante unos días con el fin de evitar efectos secundarios. Algunas medicaciones mejoran la circulación del zona y son también útiles.
- En grados algo más avanzados, efectuamos técnicas en la consulta, que pueden resolver definitivamente el roble, a, como la esclerosis, la aplicación de infrarrojos o la ligadura elásticas, como consistente en colocar una anilla de goma sobre la hemorroide, que la estrangula, impidiendo su flujo sanguíneo. Pueden efectuarse sin molestias y de forma completamente ambulatoria.
- Los casos graves requieren cirugía. En la actualidad existen diversas técnicas, dependiendo su elección de las características de cada paciente. Las efectuamos bajo anestesia y dejación y requieren pocas horas de ingreso hospitalario.
- Desarterialización hemorroidal y pedia. Es una de las técnicas más novedosas, y consiste en la ligadura o sellado con láser de los vasos sanguíneos que alimentan a las hemorroides, fijando a la vez la mucosa rectal para que no se exteriorice fuera del ano. Podemos emplear una tecnología especial con una sonda Doppler que localiza exactamente los vaso sanguíneos. Las molestias postoperatorias son mínimas aunque se indica en casos no muy avanzados.
- Hemorroidectomía. Es la extirpación de las hemorroides, con múltiples variantes. Para mejorar las molestias postoperatorias, empleamos técnicas que producen mínimo traumatismo en los tejidos, sin suturas y mediante instrumentos de coagulación y sellado vascular.
- Fijación con grapadora (Técnica de Longo). Es una técnica también reciente, que no extirpa las hemorroides sino que las hace ocupar su posición original en el recto. Se emplea para ello una grapadora especial. Restringimos su uso a los casos en que existe gran propaso de la mucosa anal.