La patología proctológica, y en concreto, las fisuras de ano y hemorroides, son problemas muy frecuentes que producen molestias a veces muy intensas, debido a las peculiaridades de la zona, una de las más sensibles del cuerpo humano y además comprimida por un esfínter anal y que debe abrirse para permitir el paso de las heces.
Desde la antigüedad han sido objeto de infinidad de terapias esotéricas y remedios tópicos sin ninguna credibilidad científica. Desgraciadamente, en la actualidad, se ofrecen una gran cantidad de tratamientos por diversos medios, sin un soporte científico serio, observando que muchos pacientes son tratados por profesionales solo con intereses espurios, que ofrecen «nuevas» terapias milagrosas, rápidas, sin dolor ni complicaciones, pero sin aportar información relevante, sino incierta y tendenciosa, y sin un respaldo de la evidencia, para atraer fácilmente a pacientes que sufren y esperan poder resolver su problema, como ha ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Terminando estos tratamientos en múltiples complicaciones, como son la incontinencia anal o la estrechez del conducto anal, de difícil manejo.
La mejor garantía de tratamiento de cualquier patología anorectal es la atención por profesionales cualificados, con experiencia y acreditación, que traten con rigor científico y con la mayor seriedad a sus pacientes.